El FOCO
Vemos lo que queremos ver, lo que estamos buscando, lo que nos acerca a nuestros objetivos. Enfocamos nuestra atención hacia lo que nos interesa. Por eso es tan importante tener claridad sobre lo que queremos.
Cada vez que cambiamos de país, absorbemos lo que nos rodea pero nos enfocarnos en algunas cosas y pasamos por alto otras.
Cuanto más claro tengamos nuestras metas en las distintas áreas de nuestra vida en expatriación, más fácil será identificar los elementos de nuestro entorno que alimentan un estado de ánimo óptimo, agilizan nuestra integración y nos facilitan la toma de conciencia de las oportunidades que nos rodean.
De hecho, este ejercicio de (re)enfoque, es muy recomendable hacerlo en diferentes momentos de cualquier expatriación. Es como ver lo mismo con ojos nuevos.
Recientemente me di cuenta de hasta qué punto funcionamos así.
Por primera en más de veinte años estuve en Granada, mi ciudad natal,sin hijos ni marido. Había ido para estar con mis padres. Un lujazo. Aproveché el buen tiempo para disfrutar de la ciudad y para darme un paseo sin rumbo, sin prisas y sin agenda, con el único objetivo de disfrutar de ese lujo.
Al entrar en esta calle, la calle Duquesa, me sentí conmovida. Notaba que miraba todo con ojos amables. Todo lo que veía contribuía a mi armonía y disfrute. Me llené del silencio, del contraste del azul del cielo con las fachadas. Me maravillé del alineamiento de las farolas, del brillo y la calidez del sol de enero y me recreé ante lo esbelto del ciprés. Tomé esta foto para poder evocar todas estas emociones cuando estuviera de vuelta en Bruselas.
Mi estado de ánimo cambió al sonar el teléfono y “aterrizarme” en la realidad. Tenía que ir rápidamente a recoger a mis padres.
Fue como si se hubiera pinchado mi burbuja.
Volví sobre mis pasos y, apurada, noté que algo había cambiado. Veía y percibía otras cosas y de otra manera.
Me llamaron la atención las pintadas en la fachada de un edificio en renovación por el que apenas veinte minutos antes había pasado y del que pensé que una vez terminadas las obras, sería muy bonito. Reparé en algunos papeles por el suelo y oí el ruido de las ruedas de los pocos coches que circularon sobre los adoquines.
¿Cómo era posible que antes no me hubiera fijado en nada de eso? Me sonreí al darme cuenta de que era de nuevo, mi estado mental, ahora algo frustrado por haberse roto el encanto, el que estaba filtrando mi percepción de lo que había a mi alrededor.
¿No os pasa esto mismo cuando llegáis a un nuevo país? Si es un destino que os ilusiona, os asusta, os da pereza, tenéis un a priori negativo,… retenéis aquello que confirma estas emociones.
Podemos moldear, ampliar, enfocar lo que registramos de nuestro entorno, tal y como las lentes de una cámara fotográfica. Todo depende de donde pongamos el punto de nitidez, de lo que nos resulte útil.
¿Cómo de enfocada está siendo tu experiencia de expatriación ahora?
No son tiempos fáciles para tener las cosas muy claras, para ver las oportunidades. Las amenazas parecen estar por todas partes. Pero no es así.
Es importante saber que en cualquier calle hay tanto árboles como pintadas, se oyen trino de pájaros y ruido de coches, hay un cielo azul y también papeles en el suelo… Tener toda la información es importante. Tú decides dónde quieres enfocarte en función de tus aspiraciones.
Aquí me tienes si quieres que te ayude a obtener la mejor foto de tu vida.
Ya sabes, no tienes que mirar al cielo si lo que quieres es cruzar la calle.
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